jueves, 23 de julio de 2015

Constituyente del 78

Tomo como primer antecedente del proceso que concluyó con la aprobación, en Referéndum del 6 de Diciembre de 1978, de la Constitución vigente, la presentación en el Verano de 1974 de la Junta Democrática en el exilio de París.

Ahí se planteaba la creación de un Gobierno Provisional de Reconciliación Nacional, que daría lugar a un proceso constituyente, con elecciones libres y Referéndum sobre la opción República/Monarquía.

Tras la presentación de la Junta, absolutamente hegemonizada por el PCE, otros segmentos de la oposición al franquismo, Socialdemocracia (PSOE) y Democracia Cristiana, articulan la Plataforma Democrática.

Estos dos organismos con posterioridad confluirán en la Platajunta o también llamada Coordinación Democrática, esto ya para negociar con los denominados sectores aperturistas del régimen, precisamente, el PROCESO CONSTITUYENTE.

En aquel tiempo se acuñaron tres  binomios para intentar dar cuenta de una realidad poco acomodaticia a esquemas previos:

1. Reforma/ Ruptura. Que daría lugar a una especie de alquimia,  síntesis o más bien entelequia, Ruptura Pactada, suerte de premio de consolación para una oposición que ya iba de retirada en sus pretensiones iniciales.

2. Monarquía/ República. Esta consulta quedó totalmente excluida, pasando el Rey a ser presentado como motor y garante de la llamada Transición, siendo el PCE el principal avalista de esta operación. Así la disyunción Monarquía/ República transmutó en la opción Democracia/Dictadura, en el entendido de que el término que permanecía inalterable, fuera Dictadura o Democracia, era la Monarquía, perenne.

3. Autonomía/ Autodeterminación. Como es sabido, lo que se suponía un derecho de las nacionalidades históricas devino en el hurto del reconocimiento del derecho de Autodeterminación en la Constitución y la banalización, frivolización, o como quieran llamarle, que supuso el denominado café para todos.

Ahora bien, lo cierto es que no hubo Ruptura y el tránsito se practicó a través de la aprobación por las Cortes franquistas de la Ley de Reforma Política, aprobada en Referéndum el 15 de Diciembre de 1976. En expresión atribuida a Torcuato Fernández- Miranda, el denominado guionista de la Transición, de la Ley a la Ley, sin vacíos legales, sin piruetas.

Aprobada la Ley de Reforma Política y con su entrada en vigor en Enero de 1977, en seis meses, 15 de Junio, se celebran las primeras elecciones generales, de las que saldrán las Cortes que han de parir la Constitución que hoy parece necesitar de Reforma.

A partir de ahí, legislar, en algunos casos, Leyes Orgánicas, que habrían de cumplir el desarrollo de lo previsto en la Constitución. Y entre éstas los Estatutos de Autonomía, que tienen consideración de L.O.

Expuesto someramente este proceso, dos preguntas:

1. ¿ Los problemas más arriba enunciados han sido resueltos o se han agravado 37 años después ?.

2. ¿ Hay un consenso hoy mayor que el concitado en 1978?.

En todo caso concluiré, que lo que no pudo ser, hace en torno a 40 años, más improbable resulta, pues difícilmente podrá considerarse que actualmente la situación sea más propicia. Caben reformas en la Constitución y las habrá. Pero Proceso Constituyente, eso es otra cosa.

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