sábado, 19 de julio de 2014

Lo ganado en una vida se pierde en un minuto

Viene a cuento esto de algún personaje de la izquierda al que algunos rendíamos tributo de afecto. Bien pensado, con los años nuestras vidas vienen a dar en un acarreo de materiales varios o acopio o bagaje. Entre estos las lealtades o afectos. Pero también con los años nos vamos desprendiendo de compromisos, pasando de afectos a desafectos. Esto puede ocurrir para prepararanos lo más ligeros de equipaje para el último viaje. Pero antes de esto descubres que entre estar vivo y estar muerto no media más que un estado de ánimo. Y hay días que uno se encuentra con el estado de ánimo de dejarse morir. Por vergüenza, por dignidad. Me pregunto,  si no eres capaz de lo pequeño como vas a ser capaz de lo grande. A la izquierda se la rotula con el axioma de la ética, entendida esta como proceder recto o justo. Tal vez. No así lo podemos asegurar de aquellos que dicen representarla. Algunos ídolos son de barro y a su lodo retornan.

jueves, 17 de julio de 2014

Trotsky y la impostura

A algunos diósenos otrora por el empeño de declararnos de filiación trotsquista, en la creencia de ser aquella a fuer de revolucionaria profesar honesto. Algo así como cuarenta años después, se publica un libro de autoría colectiva, que pretende recuperar la memoria añosa de aquél tiempo. Pués, pasen y vean, como se decía en el mayor espectáculo del mundo. Parafraseando la cantiga irlandesa Molly Malone, en la bonita ciudad de Vigo, que yo digo de salitre y metal, tendremos un acto de impostura y escarnio con la presentación del susodicho libro, sin ofrecer otra opción que un contrato de adhesión a quienes velamos armas en tan noble milicia, cebando o tentando el egotismo de alguno. Ese acto usurpador, en el que se nos reserva el ultrajante papel de espectadores de nuestras vidas, escenificadas por bufones cortesanos de la villa y corte villana, será jaleado con una elocuente y tronante ventosidad del mismísimo trasero de Trotsky. Agur y a la mar a remar hasta superar Cies. Y que nos sigan.